El Mercader de Venecia nos acerca a las cuestiones de la vida tan simples cómo; ¿Hasta donde estamos dispuestos a comprometernos? y si nuestra palabra solo vale el peso de lo que fue, ¿que esperamos como reciproco ante el acto de una promesa sin valor? A caso ¿se necesita un contrato para dar? ¿Para amar? ¿Para ser feliz?
El mercader nos pone precio a todos, y en este juego de mascaras que pretenden ser, cada uno se convierte en una mercancía que les dejará a entrever sus verdaderos impulsos y sus más bajos pensamientos.